La concha de la almeja fina posee unas líneas en forma de rayos y otras concéntricas que forman sus característicos cuadraditos. Su color será distinto dependiendo del sustrato (arena) donde se cría, variando entre blanca y acastañada. Sus sifones son largos y están separados uno del otro, en toda su longitud, y esta es otra buena característica para distinguirla de las demás almejas.
Generalmente las capturas se hacen a pie con sachos, angazos, horquillas u otras artes autorizadas que sirvan para remover el sustrato, o bien localizando los agujeros que dejan sus sifones en la arena. Muchas agrupaciones de mariscadoras y mariscadores de nuestro litoral llevan a cabo tareas de semicultivo como preengorde de semilla y posterior sembrado en playas, consiguiendo incrementar la producción de los bancos marisqueros.
Según los expertos, se deben de tomar en crudo con limón, pero si esta forma no es de su gusto, pruebe a ponerlas abiertas en la sartén, con fideos, en una sopa, en un guiso con habas o acompañando caldeiradas.