Especies

Mytilus galloprovincialis

 

Tiene unas conchas de color negro violácea por donde asoman unas barbas a las que se les llama "viso" y que le sirven para adherirse a las rocas y a las cuerdas de las bateas. El cuerpo es de color rojo pálido y varía según el sexo: si es hembra, es de color anaranjado, y si es macho, es de color amarillo pálido. El mejillón es un animal filtrador: "depura" el agua y se alimenta de lo que en ella va disuelto.

La producción de mejillones proviene, sobre todo, del cultivo de las bateas de nuestras rías, tanto en el norte como en el sur de Galicia. Hay que evitar el consumo de mejillones de la roca, sin control y sin depuración. Actualmente está en funcionamiento la denominación de origen Mejillón de Galicia, con el que se nos garantizan tamaños y calidades

Ostrea edulis

La ostra es un molusco bivalvo que tiene, en la parte exterior de su dura concha, una superficie escamosa. Su color habitual se sitúa entre blanca, marrón o púrpura. Como detalle significativo, hay que decir que a lo largo de su vida posee sexo masculino y femenino de manera alterna. Esto se denomina "hermafroditismo no simultáneo".

 

Su extracción viene regulada normalmente en los planes de marisqueo a pie para los individuos a los que se puede acceder de este modo, y en los planes de marisqueo a flote, en los que se contempla su extracción con raños. También puede ser capturada con rastro de volandeira o vieira para la captura de ostra.

 

Cerastoderma edule

El berberecho es un molusco que tiene las valvas o conchas de forma casi circular. Posee entre 22 y 28 costillas bien marcadas y vive en fondos lodosos y de arena fina próximos a espaldas. Por causa de su forma de corazón fue por lo que, al principio, se le dio nombre de "corazón comestible" (cardium edule).

Puede ser capturado a pie con azadones y rastrillos o angazos en la zona intermareal o con ganchas a pie con una longitud y separación entre dientes acomodada para esta especie en las zonas que no quedan expuestas durante la bajamar. También se pesca desde embarcación con raños, rastros o ganchos.

Venerupis rhomboides

Su nombre proviene de su tonalidad rojiza, que le da un aspecto diferente al de las otras almejas. Posee una concha cubierta por líneas algo más brillantes, que van paralelas al borde exterior de un tono más pálido que su propio color. Parece estar pulida. La mayor parte de las capturas se realizan desde pequeñas embarcaciones con raños, rastros o ganchos. También está permitida su extracción con endeño remolcado con unas medidas reguladas, siempre que se utilice a profundidades superiores a los 15 metros.

Ruditapes philippinarum

La característica que más destaca de la almeja japonesa es que tiene las costillas muy marcadas. Las líneas que surcan su concha forman cuadraditos al cruzarse, cuadraditos que son mucho más marcados que los de la almeja fina. Cuando está abierta es cuando se puede ver como tiene los sifones unidos hasta la mitad, lo que la diferencia de la almeja fina. En cuanto a su color es, normalmente, oscura, moviéndose los tonos entre lo tostado y el gris casi negro.

Esta especie fue introducida en nuestras costas el pasado siglo. Su distribución es similar a la de la almeja fina, por lo que sus capturas se realizan principalmente a pie en los bancos intermareales. También aparece entre las extracciones realizadas desde pequeñas embarcaciones con raños, rastros o ganchos.

Ruditapes decussatus

La concha de la almeja fina posee unas líneas en forma de rayos y otras concéntricas que forman sus característicos cuadraditos. Su color será distinto dependiendo del sustrato (arena) donde se cría, variando entre blanca y acastañada. Sus sifones son largos y están separados uno del otro, en toda su longitud, y esta es otra buena característica para distinguirla de las demás almejas.

Generalmente las capturas se hacen a pie con sachos, angazos, horquillas u otras artes autorizadas que sirvan para remover el sustrato, o bien localizando los agujeros que dejan sus sifones en la arena. Muchas agrupaciones de mariscadoras y mariscadores de nuestro litoral llevan a cabo tareas de semicultivo como preengorde de semilla y posterior sembrado en playas, consiguiendo incrementar la producción de los bancos marisqueros